Apreciar las diversas expresiones artísticas, que se han producido y se producen en nuestra región, contribuye a fortalecer nuestra identidad cultural, y por lo tanto, ha consolidar el sentido de nuestra existencia. No hay nada más exquisito, para nuestra consciencia y para nuestra sensibilidad, que la apreciación del arte de nuestros ancestros y de nuestros contemporáneos. Nuestros ancestros, nos iluminarán con su pasado glorioso, y nuestros contemporáneos, nos inspirarán a realizar plenamente nuestro presente y proyectarnos al futuro. Solo después de lograr una consciencia estética del arte y la cultura de nuestra tierra, es que podremos tener consciencia política y/o consciencia económica, para desarrollar nuestra sociedad.
Si ponemos un poquito de atención, y miramos más allá de las apariencias, descubriremos que en nuestra región, se desarrolla, aunque incipientemente, una vibrante cultura amazónica, vital, auténtica y muy espiritual. Para muestra, basta mencionar a un artista, muy cercano a nuestras casas.
Se trata del tallador o escultor auto-didacto, Hithler Terrones Tafur, uno de los artistas más deliciosos, respecto a la presentación de sus producciones plásticas muy vinculadas a la estética de nuestra cultura amazónica.
Nació en Contamana-Loreto hace ya 70 años, y vive desde hace más de 3 décadas en Pucallpa. Todos estos años de su vida, tanto en Contamana como en Pucallpa, le han servido para ir recogiendo poco a poco, las diversas leyendas populares, que de manera oral se relatan por todas partes. Ha recogido historias fantásticas, de muchísimas personas, tanto nativas como mestizas, y ha ido seleccionando las que le han parecido más interesantes, para plasmarlas luego sobre la madera, que es el material que más utiliza.
Desde 1988, sus trabajos realizados, representan el costumbrismo regional, la fantasía popular, las creencias más rurales, las supersticiones más inauditas, y algunos elementos del curanderismo tradicional, que tienen como personajes a los seres mitológicos más emblemáticos de nuestra cultura amazónica. Sus tallados, al ser contemplados, sugieren misterio y suspenso. En estas obras, cobran vida las leyendas populares más típicas, como “El Chullachaqui”, “La Contamanina ”, “El Bufeo Colorado”, “El hijo del Yacuruna”, “La Señorita del silencio”, “Papagayos”, “El Ayapullito”, “La Achiquinvieja ”, “El Maligno con Látigo”, y una variedad de duendes que son los guardianes de las plantas maestras y medicinales de nuestra selva.
Cada una de estas esculturas, tiene su correspondencia, con una extensa variedad de relatos populares, con variedad de versiones también, que constituyen nuestra rica herencia oral amazónica. Algunos escritores regionales y/o nacionales, han plasmado en libros de cuentos y de novelas, casi todas estas historias de leyenda.
Pero la escultura de Hithler Terrones, es una expresión aparte. Su destreza para construir sus personajes, va desde la selección cuidadosa del boque de madera que tallará. Su preferencia por utilizar cedro y caoba, tiene que ver con la figuración paulatina, que se irá mostrando, cuando vaya haciendo el desbaste, y luego la forja, con la que da forma a cada una de las partes de la figura. Ahí es cuando define mejor los rasgos de sus personajes y puede, luego de varias horas, días o semanas, realizar el acabado que alguna vez hemos visto. Sus tallados, suelen estar bañados con barniz transparente, cosa que se aprecien también los tejidos celulares y el color natural de la madera, y le den un rasgo solemne a sus representaciones misteriosas.
Hithler Terrones, ha participado en diversas exposiciones en nuestra ciudad. Lo que más lo desmoraliza, es la indiferencia de la mayoría de la población, que vive de espaldas a la cultura y al arte. En varias oportunidades, ha tenido que retirarse de las exposiciones, por motivos de delicada salud. A sus 70 años de edad, tiene varios malestares que no lo dejan tranquilo.
Para apreciar o adquirir sus trabajos, no necesitamos esperar que se produzca una nueva exposición. Podemos visitarlo hoy mismo, en su propia casa, donde también es su taller. Jirón Madre Sor Anetta 114, Pucallpa. Nuestra solidaridad con Hithler Terrones puede ser muy importante, y nuestra visita puede levantarlo un poco más, para que siga creando y alimentando nuestra cultura.
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